sábado, 3 de noviembre de 2007

Los Fuegos Fátuos

Mi padre me llevó en una ocasión con él a pintar en una fábrica de telas en Calamocha. Un día, el dueño le dijo a mi padre si quería pintarle el panteón de su familia para el 1 de noviembre (estábamos a finales de octubre). Para no perder tiempo en el trabajo fuimos a pintarlo de noche.

Cojimos todo el material, escalera incluida, y después de cenar salimos hacia el cementerio. No se encontraba muy lejos, pero estaba en lo alto de un promontorio y la visión que un niño de mi edad (andaría yo por los 15) tenía de un lugar como aquel se semejaba mucho a esas viejas películas de terror que nos tenían atemorizados a toda la chiquillería. Esa noche había luna llena, y su blanca luz incidía sobre las vallas y la puerta, dándole un aspecto, a mis ojos, terrorífico.

El sepulturero le había dejado a mi padre las llaves del cementerio y del panteón. Al abrir aquella verja, los goznes chirriaron de una manera que aumentó más aún el miedo que ya tenía.

Al entrar, a la izquierda, estaba el panteón. Era el único que había. Abrió mi padre la puerta y al entrar, sonaron nuestras pisadas a hueco, y esque los difuntos estaban debajo mismo de nosotros, en una bóveda.

Encendimos unas cuantas velas (no había electricidad) y un hornillo para calentar la pintura (hecha con un material que hacían hirviendo pieles de conejo, que soltaba una especie de gelatina que al secarse endurecía, y que vendían en forma de pastillas). Como necesitábamos agua me mandó ir a buscarla. Salí a por ella con un cubo y con bastante miedo, que todavía se hizo mayor al ver (al entrar, con el susto, seguramente no me había dado cuenta) como a unos 20 centímetros del suelo, una especie de niebla brillante formada por puntitos blancos.

Me quedé paralizado, sin fuerzas. Mi padre que no me quitaba ojo de encima, me preguntó qué me pasaba y yo le expliqué como pude lo que estaba viendo. Entonces vino hacia mí y me abrazó riendo. Me contó el motivo de tan extraño fenómeno. Me dijo que era el fósforo de los huesos enterrados allí, y que se les conocía como ‘fuegos fátuos’.

El miedo no se me pasó, pero el abrazo que me dió mi padre y el ánimo que yo le vi me calmaron bastante. Aunque después de tantos años (tengo ahora 75) sigo recordándolo como si de ayer mismo se tratase.

Tu hijo Ramón.


8 comentarios:

Jesus Lechon dijo...

Recuerdos desde Calamocha, en cuyo cementerio vino a vivir tan bonita historia, hoy de tan “grato recuerdo”, pero que en aquel momento debió de ser terrorífica.

Hace años que leí la historia, y de vez en cuando he vuelto a ella. Me gusta, me trae recuerdos. Yo nunca fui de noche al cementerio, aunque si muchos domingos junto a mi abuela, cuando el abuelo se fue al cielo allá por mediados de los setenta. No me habría atrevido ni aún acompañado de la Guardia Civil.

Hoy le escribo, sé que ha pasado mucho tiempo desde la publicación del recuerdo, y hasta pido perdón por no haberlo hecho antes, confiando en que aún este ahí y nos pueda concretar, dar algún dato más de la historia. Ahora le cuento el por qué.

El próximo Sábado Santo, toda una osadía, todo un atrevimiento, dentro del programa de actos de la Semana Santa, hay programada una visita guiada al cementerio. Cosa de estos nuevos tiempos.

La cuestión es que si fueron a pintar una fábrica de telas, sería la conocida como fábrica de mantas, junto al río, más allá de la iglesia y el convento de las monjas, quizás aún lo recuerde, La fábrica de Daudén se llamaba.

La duda que se nos presenta en realidad es que la familia Daudén en el cementerio tiene su panteón entrando a la derecha, soterrado, y no ha lugar a pintar nada.

En cambio entrando a la izquierda está el panteón, capilla de la familia Lucía-Beltrán, que supongo seria en realidad el que aquel día fuesen a pintar.

Por cierto, el pozo, el agua, está en la otra punta del cementerio, el susto, el fuego fatuo debió ser de padre y muy señor mío.

En fin, muchísimas gracias por la historia, si nos pudiese dar algún dato más, fechas, nombres, que sé yo, se lo agradeceríamos con el fin de poder contarla con más detalle el próximo Sábado Santo en la visita que haremos, su recuerdo de aquella noche en nuestro pueblo, Calamocha.

Recuerdos y gracias

Jose dijo...

Buenas noches Jesús. Me alegra muchísimo saber que ésta historia ha llegado a alguien más allá de mi propia familia. Soy Jose, el hijo de ése pequeño asustado por los Fuegos Fatuos. Hoy tiene 81 años, y aunque su memoria a corto plazo la pierde constantemente debido a problemas físicos que le afectaron el cerebro hace ahora un año, no deja de recordar su pasado más remoto, y justo ésta historia nos la sigue recordando constantemente. Este fin de semana estaré con él, le contaré tu correo, le emocionará seguro, muchísimo... veré si recuerda más cosas y te volveré a escribir con lo que pueda contarme. Le emocionará saber que su historia ha trascendido de ésta manera...

Gracias por haber llegado hasta aquí y por tu interés.

Un abrazo muy fuerte desde Valencia.

Jose Montal.

Jesus Lechon dijo...

Mil gracias por adelantado, recuerde o no mas cosas, la historia es entrañable. Y el hecho de que pueda ver que "ha trascendido" terminara por hacerle una ilusión tremenda. La nostalgia, los bonitos recuerdos, acaban por ser una gran "medicina".

Dale un abrazo muy fuerte, desde Castellón, desde donde escribo, pues en Calamocha queda la persona que hará la visita guiada al cementerio, un negado para esto de las nuevas tecnologías, a la que se le ha echado el tiempo encima sin lograr escribir el comentario que delego en mi.

Le he pedido fotos, veremos si se acuerda, si llega el caso, me gustaría copiar y pegar el recuerdo de tu padre en el blog.

Bueno, que paséis buen día mañana.

Recuerdos

JESÚS

Jose dijo...

Buenas tardes Jesús.

Hoy estuve con mi padre y le conté vuestra idea, vuestra visita al blog de su padre, y por supuesto que se emocionó y le gustó vuestra idea de contar esa anécdota en el mismo lugar donde sucedió hace ya 70 años…

Me ha contado algunas cosas más acerca de su estancia en Calamocha que paso a relatarte, por si algún dato os sirve para enriquecer la anecdota:

Estuvieron cerca de un mes en Calamocha, allá por el año 44-45. Se hospedaron en una posada o fonda, de mobiliario oscuro, donde al parecer se comía estupendamente. Mi padre tenía unos 12 años.

Cree recordar que alguien de la familia Daudén, tenía un chalet en la calle Abben Al Abbar de Valencia (aún existe ese chalet, en ruinas) y que ése fue el contacto para el encargo de ir a pintar a Calamocha.

Una vez allí, los Daudén le pusieron en contacto con ‘el pintor’ del pueblo para que les echara una mano. Este pintor tenía un hijo que le ayudaba, y una hermana que en una ocasión le acompañó (a mi padre) a comprar pan a la panadería, porque estaba mal visto que los hombres fueran a comprar.

También recuerda haber bailado (se ve que hacían bailes los fines de semanas, en algún recinto cerrado) con la hija del cartero, que era rubia.

Dice que al ser de fuera y pelirrojo, era la atracción del momento, aunque él era super tímido y era su padre quien le obligaba a bailar con las chiquillas del pueblo.

Cuenta que fueron en tren, y que a la altura de Sagunto subió la Guardia Civil y que les registraron hasta las latas de pintura que llevaban (estaba en auge el estraperlo).

También que fueron a pie de Calamocha a Daroca, donde estaban los Santos Temporales (?), y que en la iglesia, al ir a darle la comunión a una mujer, ésta empezó a chillar que estaba poseida por el demonio… todo un alboroto.

En fin, a pesar de que pierde la memoria cercana, y no recuerda qué ha comido, su memoria a largo plazo parece cada vez más nítida.

He adjuntado una foto suya de hace poco, y otra de aquella época más o menos, por si te interesa, al principio del blog.

A cambio, se me ocurre pedirte si tienes alguna foto del pueblo en aquella época, de la posada, del cementerio… sería increíble que pudiera ver algo así.

Bueno Jesús… espero que te sirva de algo éste correo, y bueno, ésta es la Magia de las nuevas tecnologías, no te parece?

Un abrazo!

Jose Montal

Jesus Lechon dijo...

Mil gracias nuevamente, como suele decirse estamos trabajando en ello, tratando de seguir la historia y ponerle fotos.

Un abrazo y recuerdos, volveremos con detalles de lo que pides

JESUS

Jesus Lechon dijo...

Saludos de nuevo, acabo de actualizar el blog, he puesto fotos y contado la historia, puedes leer y hasta sorprenderte, un abrazo muy fuerte al niño del pelo rojo.

Recuerdos

JESUS

PD No hay fotos de la pension donde se alojo, que seria la Fonda Lacruz en la plaza del Peiron, ha cambiado tanto que hasta a mi me cuesta reconocerla de cuando era un crio a hoy. Por lo cual no pongo fotos ni de hoy.

Del pintor del pueblo, este si de brocha gorda, tal vez fuese Miguel El Tenca, no lo sé, mi padre apuesta por él. Y si, todos los domingos había baile.

El cementerio no ha cambiado, si bien en la tumba de los Dauden no hay nada que pintar, tal y como esta hoy, tal vez si en aquellos años, si en la de enfrente, hay mucho que pintar y coincide mas con el recuerdo, también ligada a Valencia la familia que en ella descansa, en fin...

En fin, seguimos en ello

Daroca es provincia de Zaragoza, esta a un rato a pie, un rato de casi 30 km y si fue y volvio, se hizo 60 en un dia. Tiene rango de ciudad y es monumental, irían a visitar los Corporales, el milagro de los Corporales.

Entre lo que viera en Daroca y lo que vivió en el cementerio de Calamocha debió volver a Valencia con la sensación de haber estado en otro mundo.

La Guardia Civil tren arriba, tren abajo en aquellos años del estraperlo era el pan nuestro de cada día, y los niños eran la tapadera, mi tío mismo de mas o menos aquella edad, no paraba con mi abuelo de darle al estraperlo junto a las vías

Vale por hoy.

Jose dijo...

Hola de nuevo, Jesús. Ayer descubrí, emocionado, tu correo y visité rápidamente tu blog para verlo y leerlo. Me parece un artículo muy bien escrito y por supuesto emotivo y emocionante para mí, como lo será para mi padre. Hoy hablé con él y ya se lo anticipé. Durante el fin de semana se lo voy a enseñar y a regalar impreso. También lo he compartido en mi twitter y en mi facebook, para que pueda ser leido por todo aquel a quien pueda interesar.

La historia hubiera sido redonda si hubiera podido llevarlo hasta Calamocha, y durante la visita guiada haberlo presentado allí mismo a los visitantes.

Debido a circunstancias que no caben mencionar aquí, no ha podido ser. Pero hubiera sido maravilloso.

Otro fuerte abrazo Jesús. Y mil gracias por éstos ratitos emocionantes que, así a medias, le hemos procurado a mi padre.

Jesus Lechon dijo...

La "cosa" esta de la visita, sigue dando que hablar, ahora ha sido la tele autonómica de Aragón paseando por aquella tierra junto con el artífice de todo.

Recuerdos

http://www.youtube.com/watch?v=VA0aTbj8dUo